07.08.2018.- Las primeras estimaciones de la Asociación
Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) apuntan a un severo descenso de la
próxima producción en los olivares valencianos que se situaría en un 50%
respecto a la media de los últimos ejercicios, con un volumen global en torno a
las 15.000 toneladas.
La causa de esta merma no es otra que el déficit de
precipitaciones que se registró durante la fase de cuajado del cultivo –la
segunda mitad de la primavera– en algunas comarcas valencianas. Mientras que en
muchas regiones de España la sequía remitía tras múltiples temporales de
lluvia, en zonas de la Hoya de Buñol la escasa pluviometría (hasta la tercera
parte de un año hidrológico normal) causó importantes problemas de cuajado que
se traducirán en una disminución del 70-80% de la producción. Otra comarca
especialmente castigada por la sequía es la Canal de Navarrés donde la rebaja
de rendimientos asciende al 40-60%.
Lógicamente, la caída de aforo se acentúa fundamentalmente
en las parcelas de secano, mientras que las que sí tienen acceso al agua han
podido compensar el déficit hídrico con puntuales riegos de socorro. Por ello
AVA-ASAJA advierte de que los olivicultores de secano afrontan en otoño otra
campaña seriamente amenazada por la escasez de oferta, tal como ya sucedió el
año pasado en Requena-Utiel o los anteriores en determinadas comarcas
valencianas debido al ciclo de sequía persistente en el sudeste español.
Según datos del Ministerio de Agricultura, el olivar
valenciano únicamente cuenta con un 18% de su superficie en regadío (17.149
hectáreas de las 94.368 totales), una cifra menor en comparación con lo que
sucede en el ámbito nacional: el 29,6% del olivar español ya se encuentra en
regadío (784.859 hectáreas de las 2.650.801 totales). AVA-ASAJA alerta de que
el sector oleícola valenciano se está quedando atrás en el proceso de
transformación a regadío que se produce en otras regiones de España con vistas
a lograr una mejor viabilidad económica de las explotaciones, pues el acceso al
agua permite regular la cosecha y evitar así los cambios bruscos de
rendimientos de año a año que suelen derivar del carácter vecero del olivar.
Además, la entidad subraya que una buena parte de las explotaciones valencianas
están envejecidas y son difíciles de mecanizar, con lo cual resultan menos
productivas y comportan mayores costes.
En este sentido, la organización que preside Cristóbal
Aguado reclama a la conselleria de Agricultura la puesta en marcha de un plan
de reestructuración del olivar que permita facilitar el acceso al riego de
apoyo, así como a concentrar las parcelas para ganar tamaño e introducir nuevas
variedades que resulten aptas para la mecanización del cultivo.