10.08.2017.- Los últimos datos oficiales sobre el número de
capturas de fauna silvestre efectuadas en la Comunidad Valenciana vienen a confirmar
de manera inequívoca las incontroladas y alarmantes poblaciones de este tipo de
animales que provocan pérdidas millonarias en el sector agrario. Según un
estudio de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) elaborado a
partir de las cifras aportadas en la ‘Comisión de seguimiento de daños
ocasionados por la fauna cinegética’ que coordina la Generalitat Valenciana, el
número total de capturas se ha incrementado de 275.376 en 2015 a 484.131 en
2016, es decir, un aumento del 75% sólo en el último año.
Este hecho cobra aún mayor alcance si tenemos en cuenta que,
al mismo tiempo que crecen las capturas, disminuye el número de cazadores. Así,
de acuerdo con la propia Generalitat, el número de licencias de caza expedidas
en la región descendió en 2016 a 42.734, frente a las 44.565 de 2015. Esta
tendencia viene de lejos ya que hace diez años había 69.217 licencias mientras
que hace veinte ascendían a 90.473, más del doble que en la actualidad.
Así las cosas, el principal factor que explica el incremento
de capturas no es otro que el exponencial crecimiento poblacional que está
experimentando la fauna salvaje en el medio rural valenciano. AVA-ASAJA cifra
en 26 millones de euros los daños directos anuales que genera este problema
sobre los cultivos y las
infraestructuras agrarias.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, valora
“positivamente el trabajo que están haciendo las asociaciones de cazadores,
pero las últimas cifras dejan a las claras que, pese a ese esfuerzo, no hay
forma de controlar la fauna salvaje que cada año provoca más daños a los
agricultores. Es urgente que las administraciones se impliquen de verdad en
este asunto y asuman más responsabilidades para lograr una población estable,
equilibrada y compatible con los intereses del medio rural”.
Entre las medidas que solicita el colectivo destacan cambios
normativos que faciliten el control cinegético de las especies invasoras de los
cultivos, mejoras en la cobertura y las indemnizaciones del seguro de daños por
fauna silvestre, ayudas económicas para instalar mecanismos de control, como
los llamados pastores eléctricos (vallas electrificadas), y compensaciones que
hagan frente, al menos en parte, a las pérdidas que sufren los agricultores.
El conejo, presente en todas las comarcas, es el animal
silvestre que más capturas aglutina con 454.732 en 2016, un 84% más en
comparación con los 246.978 ejemplares cazados el año anterior. Otros animales
que aumentan el número de capturas son la cabra montés (+27%), el corzo (+69%),
el ciervo (+119%) y el muflón (+148%), mientras que el jabalí es el único cuyas
capturas han descendido este año con un 0,8% menos. Sin embargo, este dato
último no representa la tendencia global pues la caza de jabalíes prácticamente
se ha doblado en diez años (13.256 en 2006 por 26.279 en 2016).