17.04.2024.- La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) califica de “contraproducente” la decisión de la Generalitat de prohibir con carácter general y sin matices las quemas agrícolas hasta el 16 de octubre. Según destaca el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, “dejar los restos de poda secándose durante seis meses es un polvorín y esta medida, tal como está redactada, puede resultar peor que la enfermedad al generar más incendios en el medio rural de los que se quieren prevenir”.
El aspecto de la resolución que más malestar y confusión ocasiona en las filas del sector agrario es que la prohibición de quemas no diferencia entre los campos que están a menos de 500 metros de masa forestal de los otros, donde lógicamente no existe el mismo riesgo de incendio. Tampoco introduce medidas preventivas o correctoras (como la obligación de contar con el permiso del ayuntamiento, disponer de un tanque de agua, etc.) que permita quemas particulares con la máxima seguridad posible.
El sector agrario se encuentra en estos momentos del año en plena época de poda de los cultivos leñosos, así como de arranque de árboles para transformación de las explotaciones. Estas labores, que tienen que hacerse ahora en consonancia con el ciclo natural de las plantaciones, van a dejar en el suelo multitud de restos vegetales que representan un reservorio de plagas y enfermedades y una cantidad excesiva de biomasa con potencial riesgo de incendio.
Por ello, AVA-ASAJA solicita al gobierno valenciano que contemple la posibilidad legal de autorizar quemas agrícolas con condiciones de seguridad y en aquellos momentos puntuales en los que la situación climática cambie y exista menos riesgo. En todo caso, la asociación pide un plan serio para subvencionar trituradoras a nivel particular o colectivo. Una gran parte del sector agrario valenciano ya tritura los restos de poda, pero hay agricultores que sólo pueden recurrir a la quema, sobre todo en aquellas parcelas con difícil acceso de la maquinaria, ya sea por el marco de plantación como por la orografía.
Sobre el último incendio en Tàrbena que se originó en campos abandonados, Aguado subraya que “llevamos muchos años advirtiendo a la clase política y a la sociedad en su conjunto que la mejor prevención de incendios es mantener los campos cultivados, que son el bosque verde que no se quema. Mientras que las parcelas abandonadas aceleran la velocidad de las llamas, las cultivadas frenan el avance del fuego y sirven de zona de seguridad a los bomberos. Si hemos llegado a esta situación tan preocupante, es por la falta de políticas para garantizar una rentabilidad digna en la agricultura”.
Asimismo, AVA-ASAJA insta a las distintas administraciones a mejorar la limpieza de los barrancos y los espacios forestales de propiedad pública, ya que la biomasa acumulada en los mismos contribuye a aumentar el número y la gravedad de los incendios.
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