13.12.2018.- El Ministerio de Agricultura ha propuesto
formalmente, a través de un documento que prevé aprobar en pocos días, limitar
al máximo la autorización de nuevas plantaciones de uva destinada a la
elaboración de cava. Según el borrador que el departamento agrario ha
trasladado al sector y a las comunidades autónomas, la superficie disponible en
2019 para autorizaciones de nueva plantación en las zonas delimitadas por la
Denominación de Origen (DO) Cava únicamente se podrá incrementar en 0,1
hectáreas, lo que implica en la práctica congelar el número de cepas. Esta
restricción contrasta con el fuerte aumento que el Ejecutivo sí permitirá para
nuevas plantaciones de uva para vinos en general, establecida en 4.747
hectáreas más.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA)
considera que los planes del gobierno central se pliegan nuevamente, de manera
descarada e inaceptable, a los intereses de las bodegas catalanas aunque esa
medida suponga impedir a la fuerza el crecimiento que están experimentando las
otras áreas españolas que están autorizadas para la elaboración de cava como
Requena, donde los agricultores y las bodegas han encontrado en este producto
una alternativa viable dentro de un contexto generalizado de crisis de precios
en el mundo vitivinícola. Tanto es así que las cotizaciones medias que perciben
los productores valencianos por la uva para cava suelen doblar a las obtenidas
en otro tipo de vinos.
El presidente de la entidad, Cristóbal Aguado, señala que
“esta decisión del Gobierno parece anteponer las cuestiones políticas, porque a
nadie se le escapa la influencia del conflicto catalán, por encima de razones
objetivas de mercado. El sector del cava valenciano se encuentra en plena fase
de expansión, con una subida este año del 10% de las ventas y con una
producción que ya alcanza los nueve millones de botellas. Tratar de cortar las
alas a esa progresión a golpe de decreto y de manera artificial no solo
constituye un nuevo agravio a la economía valenciana, sino también un insulto
al sentido común. No se pueden poner puertas al campo y mucho menos frenar el
crecimiento económico. Es un disparate”.
Aguado recuerda además que “ya denunciamos esta misma
situación cuando el gobierno central estaba en manos del Partido Popular y
lamentamos que el cambio de signo en el Ejecutivo no haya servido para corregir
un tema tan sensible”.
El dirigente agrario defiende la conveniencia de “proponer
la creación de unas subzonas del cava y que las decisiones se adopten en
función de las necesidades de cada una de ellas, de tal manera que si los
productores y bodegas de alguna de estas subzonas detectan que sus mercados se
hallan saturados y es conveniente limitar su crecimiento, pues perfecto, que lo
hagan, pero lo que no puede ser es impedir la expansión de aquellos otros que
sí tienen expectativas y capacidad para seguir creciendo”.
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