
El
ciclo productivo de los almendros se había adelantado por las altas
temperaturas de febrero y las almendras todavía dentro de las flores se habían
adaptado al ambiente con ausencia de frío. Por este motivo los agricultores
consideran que “el brusco descenso de las temperaturas puede afectar de forma
negativa a la próxima cosecha de almendras”.
El cultivo del almendro es el segundo en importancia en la comarca, después de la vid, y la
producción de almendras se aproxima a los 30 millones de kilogramos anuales.