19.04.2017.- Una nueva tormenta de agua y pedrisco afectó ayer a parte de la comarca Requena-Utiel y causó daños en algunas zonas que se suman a la que ya se
produjo el lunes por la tarde en la misma comarca y a las heladas de marzo,
según informa LA UNIÓ de Llauradors. LA UNIÓ insta al Ministerio de Agricultura
y al de Hacienda a que tengan en cuenta todos estos daños a la hora de elaborar
la Orden de reducción de módulos fiscales cuya publicación se espera pronto.
La tormenta de ayer se ubicó fundamentalmente en la zona
noroeste de la comarca y se localizó con mayor intensidad en las pedanías de
Utiel de Las Casas, Los Corrales, Las Cuevas y La Torre y en Caudete de Las
Fuentes. En total LA UNIÓ estima que la zona más dañada ocupa una superficie
aproximada entre 700 y 900 hectáreas, principalmente de viña y en menor medida
de almendro y olivo.
La viña afectada, que se encuentra en los estados
fenológicos E y F, tendrá una afección que variará entre el 40 y el 75% según
la orientación de las parcelas y que llegará a unas pérdidas de unos 500.000
euros de daño directo en esta campaña, aunque también se está a la espera de
ver su evolución para ver si ha afectado a la madera de cara a la próxima.
Preocupa la evolución de la variedad Bobal, ya que es
frecuente que las nuevas brotaciones muevan a madera en lugar de producir uva.
También existe cierto temor a que el exceso de humedad favorezca la aparición
de hongos que incrementen los costes de producción. Pero sin duda lo que más
preocupa a los viticultores es que con el descenso de las temperaturas se
produzca la temible marchitez fisiológica de la Bobal que, aunque ya
contemplada en el seguro agrario, provocaría graves pérdidas económicas en los
agricultores de la comarca.
Respecto a la almendra, que ya se vio afectada por las
heladas del pasado mes de marzo con unas pérdidas cuantificadas por LA UNIÓ en
más de 1,5 millones de €, es el segundo cultivo más afectado y aunque los daños
no serán ni mucho menos tan importantes como la helada de hace un mes, sí que
han provocado en algunas parcelas la pérdida de más del 70% de la almendra que
se encontraba en fase de engorde.
Por lo que se refiere al olivo, igual que con el almendro,
los daños han sido inapreciables debido a la inexistencia de frutos en campo.
A pesar de todas estas circunstancias, y en líneas
generales, LA UNIÓ considera que las lluvias, aunque repartidas desigualmente
en la comarca, serán bastante beneficiosas para el resto de las zonas no
afectadas por el pedrisco y también para otros cultivos. En este sentido los
cereales se verán muy beneficiados por las lluvias ya que al no tener aún la
espiga formada no se han visto afectados por el pedrisco.