03.09.2017.- Magnífico festejo el celebrado este sábado en
Requena con tres cuartos de entradas y una tarde agradable. Juan José Padilla,
Jesús Duque y Varea se repartieron un total de nueve orejas y un rabo de una
gran corrida de Los Eulogios.
El primero de ellos fue un toro de excelente calidad,
nobleza y recorrido al que Juan José Padilla lo toreó con vibración de capa y
lo banderilleó con espectacularidad ante un público muy leal y motivado. La
faena la inició de rodillas y tuvo sus mejores momentos con la izquierda, en
series largas y muy profundas. Los adornos finales, muy espectaculares,
precedieron a una buena estocada. Mató por arriba y paseó dos orejas
Padilla formó un lío en el cuarto, un toro muy bueno que lo
entendió a la perfección. Brillante en banderillas, puso el público en pie,
quienes al final le concedieron las dos orejas y el rabo tras una labor
enrazada, en la que, tras buenas tandas, tiró de toreo de rodillas, de
manoletinas, y de un sinfín de recursos para contentar al respetable.
El segundo toro fue más complicado por el izquierdo y
embistió con franqueza por el derecho. Jesús Duque le hizo una labor de buen
tono, de planteamientos clásicos, que bajó el nivel por el izquierdo porque el
toro, por ese pitón, se quedaba más corto y se puso difícil. En el tramo final
de la faena, Duque sufrió una espectacular cogida afortunadamente sin
consecuencias. Mató pinchazo y estocada y cortó una oreja.
Con el excelente toro jabonero que hizo quinto, Jesús Duque
realizó una labor de menos a más en la que el punto álgido fue el tramo final,
cuando apretó al toro por abajo y surgieron unos muletazos hondos y largos.
Mató de buena estocada y cortó dos orejas.
Buen toro fue el tercero, con el que Varea pudo lucirse de
capote con torería y gusto, donde destacó un extraordinario quite por medias
verónicas. Luego la faena tuvo pasajes discontinuos. Algunos de mucha calidad,
con gusto, y otros en los que faltó acople. Pero cuando se encontraban toro y
torero, Varea sacaba su gusto y estética. Mató de estocada y cortó la oreja.
El último tuvo muy buena clase pero se paró pronto. Varea
volvió a dejar constancia de su sentido artístico y la faena, aunque no pudo
tener ligazón, sí tuvo pasajes de mucha cadencia, cuidando la embestida del
toro. Con gusto anduvo Varea en cuya labor faltó emoción por la condición del
toro. Mató de una estocada y cortó la oreja.
Fuente: Aplausos.es